¿Casarse o vivir juntos?
Cinco argumentos no-religiosos
El periodista Dennis Praguer, autor de "La felicidad es un serio problema: manual de reparación de la naturaleza humana", al asistir a las bodas de sus hijos, entendió mejor por qué casarse es distinto que simplemente cohabitar. Traducimos sus reflexiones publicadas en TownHall.com y en su propia web
Yo siempre he creído que no hay comparación posible entre vivir juntos y el matrimonio. Hay enormes diferencias entre ser esposo o esposa y ser "un compañero", "un amigo", o un "compañero sentimental"; enormes diferencias entre un compromiso legal y una asociación voluntaria; entre levantarse ante la sociedad y anunciar públicamente tu compromiso y el vivir, simplemente, junto a otro. Al asistir a las bodas de dos de mis tres hijos este pasado verano vi las diferencias con más claridad.
Primera diferencia: desde que te casas, ves la relación con más seriedad
No importa lo que pensabais cuando cohabitabais; en el momento que os casáis vuestra relación con el otro cambia. Ahora habéis hecho un compromiso con el otro como esposo o esposa delante de casi toda la gente importante de tu vida. Ahora os veréis el uno al otro con una luz diferente, más seria.
Segunda diferencia: las palabras sí importan
Las palabras nos afectan profundamente. Vivir con tu "novio" no es lo mismo que con tu "esposo". Y vivir con tu "amiga" o cualquier otro título que le des no es lo mismo que hacer un hogar con tu "esposa". Cuando presentas a esa persona como tu esposo o esposa, estás haciendo una afirmación más importante sobre el papel de esa persona en tu vida que con cualquier otro título.
El periodista Dennis Praguer, autor de "La felicidad es un serio problema: manual de reparación de la naturaleza humana", al asistir a las bodas de sus hijos, entendió mejor por qué casarse es distinto que simplemente cohabitar. Traducimos sus reflexiones publicadas en TownHall.com y en su propia web
Yo siempre he creído que no hay comparación posible entre vivir juntos y el matrimonio. Hay enormes diferencias entre ser esposo o esposa y ser "un compañero", "un amigo", o un "compañero sentimental"; enormes diferencias entre un compromiso legal y una asociación voluntaria; entre levantarse ante la sociedad y anunciar públicamente tu compromiso y el vivir, simplemente, junto a otro. Al asistir a las bodas de dos de mis tres hijos este pasado verano vi las diferencias con más claridad.
Primera diferencia: desde que te casas, ves la relación con más seriedad
No importa lo que pensabais cuando cohabitabais; en el momento que os casáis vuestra relación con el otro cambia. Ahora habéis hecho un compromiso con el otro como esposo o esposa delante de casi toda la gente importante de tu vida. Ahora os veréis el uno al otro con una luz diferente, más seria.
Segunda diferencia: las palabras sí importan
Las palabras nos afectan profundamente. Vivir con tu "novio" no es lo mismo que con tu "esposo". Y vivir con tu "amiga" o cualquier otro título que le des no es lo mismo que hacer un hogar con tu "esposa". Cuando presentas a esa persona como tu esposo o esposa, estás haciendo una afirmación más importante sobre el papel de esa persona en tu vida que con cualquier otro título.
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