EL PODER
“De nuevo le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: “Todo esto te daré si postrándote me adoras”.
No seas bobo, acepta.
Cuando todo sea tuyo podrás organizarlo bien,
podrás hacer la justicia,
podrás ordenar al rico compartir y al violento ceder.
Podrás exigir la bondad.
Podrás instaurar tu reino, ¿o no?
El pequeño trámite, adorar al mal, es un gesto…
El problema es que el reino no se impone, se propone.
No se obliga, sino que se invita a la gente a participar…
y se espera que respondan.
El problema es que la justicia de Dios es libre,
tan libre que no se basa en el poder, sino en la convicción.
Y el problema es que adorar al mal es un comienzo demasiado malo.
Si algo sabemos de Dios es que su evangelio no se exige, sino que cautiva;
no nos encadena, sino que nos emociona; no nos ata, sino que nos libera.
¿Qué es lo que me convence a mí en la vida?
¿Qué me seduce?
¿Qué “fuerzas” me cautivan?
¿Qué tiene poder sobre mí?
Caballero de otoño
y nadie sabe quién será,
ni por qué cuando dice nubes
nos llenamos de eternidad.
Nos habla con palabras graves
y se desprenden al hablar
de su cabeza secas hojas
que en el viento vienen y van.
Jugamos con su barba fría.
Nos deja frutos.
Torna a andarcon pasos lentos y seguros
como si no tuviera edad.
Él se despide.
¡Adiós!
Nosotrossentimos ganas de llorar.
José Hierro
José Hierro
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