Thursday, August 30, 2007

La familia según Benedicto XVI


Extracto de las principales frases del Papa Benedicto XVI en discursos sobre la verdad del matrimonio y la familia
A lo largo de los quince meses de ministerio apostólico petrino del Papa Benedicto XVI, la familia ha sido una de sus referencias más constantes. Hacemos ahora una selección de sus pensamientos, ordenados según criterios de quien este trabajo suscribe, a tenor de los quizás seis principales discursos al respecto.
La relación cronológica de estos discursos papales es la siguiente, incluido el número de nuestra Revista ECCLESIA en que han sido publicados. Quienes deseen recibir alguno de estos números de ECCLESIA debe enviarnos un correo electrónico de solicitud.
1.- Carta al cardenal presidente del Consejo Pontificio para la Familia convocando el V Encuentro Mundial de las Familias, 17 de mayo de 2005 (ECCLESIA, nº 3.260)
2.- Discurso en la apertura de la Asamblea eclesial de la diócesis de Roma, 6 de junio de 2005. (ECCLESIA, nº 3.262)
3.- Discurso a los presidentes de las Comisiones Episcopales para la Familia y la Vida de América Latina, 4 de diciembre de 2005. (ECCLESIA, nº 3.291/2)
4.- Discurso al Instituto "Juan Pablo II" para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, 11 de mayo de 2006. (ECCLESIA, nº 3.316)
5.- Discurso a los participantes en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Familia, 13 de mayo de 2006. (ECCLESIA, nº 3.316)
6.- Discurso en la apertura de la Asamblea eclesial de la diócesis de Roma, 5 de junio de 2006. (ECCLESIA, nº 3.316)
A lo largo de los quince meses de ministerio apostólico petrino del Papa Benedicto XVI, la familia ha sido una de sus referencias más constantes. Hacemos ahora una selección de sus pensamientos, ordenados según criterios de quien este trabajo suscribe, a tenor de los quizás seis principales discursos al respecto.
La relación cronológica de estos discursos papales es la siguiente, incluido el número de nuestra Revista ECCLESIA en que han sido publicados. Quienes deseen recibir alguno de estos números de ECCLESIA debe enviarnos un correo electrónico de solicitud.
1.- Carta al cardenal presidente del Consejo Pontificio para la Familia convocando el V Encuentro Mundial de las Familias, 17 de mayo de 2005 (ECCLESIA, nº 3.260)
2.- Discurso en la apertura de la Asamblea eclesial de la diócesis de Roma, 6 de junio de 2005. (ECCLESIA, nº 3.262)
3.- Discurso a los presidentes de las Comisiones Episcopales para la Familia y la Vida de América Latina, 4 de diciembre de 2005. (ECCLESIA, nº 3.291/2)
4.- Discurso al Instituto "Juan Pablo II" para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, 11 de mayo de 2006. (ECCLESIA, nº 3.316)
5.- Discurso a los participantes en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Familia, 13 de mayo de 2006. (ECCLESIA, nº 3.316)
6.- Discurso en la apertura de la Asamblea eclesial de la diócesis de Roma, 5 de junio de 2006. (ECCLESIA, nº 3.316)
Ver información completa, aquí

Monday, August 20, 2007

El 30% de los partos en Holanda son en casa y sin anestesia

PD/Agencias).- Un dato particular distingue a Holanda de los restantes países occidentales: el elevado número de partos a domicilio. El método cuenta con el sostén del sistema de sanidad público y es muy apreciado por las futuras madres. Con un tercio de los nacimientos a domicilio, asistidos por comadrona, los holandeses van a contracorriente con una práctica juzgada en otros países como superada y arriesgada.

"Holanda tiene el porcentaje de nacimientos en casa más elevado entre los países desarrollados", dice Sjaak Toet, un asistente al parto de Rotterdam que preside la asociación holandesa de comadronas.

Cuestión de tradición

Un 30% de las mujeres holandesas dan a luz en su propia casa, un 60% en el hospital y el 10% restantes en policlínicas especializadas que abandonan nada más parir. Estas cifras contrastan con las de Alemania, Francia, el Reino Unido, Bélgica y los países escadinavos, donde solo el 2% de los nacimientos tienen lugar en casa, y con las de España, donde no llegan al 1%.
"Se trata de una cuestión de tradición. Las mujeres me dicen: 'Todos los hijos de mi madre nacieron en casa. ¿Por qué tengo que ir yo a un hospital?'", aclara Toet.

Los partos en el domicilio se realizan sin anestesia. "Solo los médicos pueden administrarla", puntualiza Toet. En Holanda, el embarazo no se considera una enfermedad y los seguros de sanidad no cubren los gastos hospitalarios salvo en caso de un imperativo médico.
La mayor parte de las mujeres está satisfechas del sistema, aunque algunas consideran que se las deja abandonadas a su suerte.

El hogar y el hospital tienen cada uno sus ventajas, asegura Laura Westendorp. Esta madre de 33 años ha conocido los dos sistemas. El nacimiento de su hija Lisa fue "muy sereno, bello; habíamos puesto música y candelabros". Tuvo a su segundo hijo en el hospital. "Su nacimiento no fue muy íntimo", pero la proximidad del médico "constituía una garantía".

"Las mujeres consideran que dar a luz en casa es más cómodo. No tienen que ir a toda prisa al hospital para el parto y luego regresar a casa tras una ducha rápida. En Holanda, si no hay ninguna complicación para el bebé o la mamá, se les devuelve a casa el mismo día", indica Toet.

Según el Ministerio de Sanidad, Holanda siempre ha animado a dar a luz en casa, bajo la premisa de que todo lo que se pueda se debe hacer fuera del hospital. "Lo que el sistema intenta es no medicalizar el nacimiento", según la portavoz Ellen Timmer. Pero la mitad de las mujeres que optan por dar a luz a domicilio acaban en el hospital, ya que las comadronas las envían allí al menor signo de que algo podría ir mal, sea a lo largo del embarazo o durante el parto.

Branwen Spence, de 40 años, está feliz de haber dado a luz finalmente en el hospital. Durante el parto se dio cuenta de que la comadrona no podría administrarle drogas contra el dolor y cambió de idea. Fue rechazada en cuatro hospitales antes de ser aceptada.

Fuente: El Periodista Digital

Saturday, August 18, 2007

La familia en el «Documento de Aparecida»

Según el obispo mexicano Rodrigo Aguilar Martínez

TEHUACAN, sábado, 18 agosto 2007 (ZENIT.org-El Observador).- Uno de los temas fundamentales del «Documento de Aparecida», surgido de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, es, sin duda, el de la familia en América Latina, llamado por Juan Pablo II, «el continente de la esperanza».

Participante en la V Conferencia y responsable de la Conferencia del Episcopado Mexicano para la Familia, el obispo de Tehuacán, monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, analiza en las siguientes líneas, la presencia y el futuro de la principal célula de la sociedad, a la luz del «Documento» de dicha Conferencia.

El tema de la familia en el «Documento de Aparecida»

El tema de la familia aparece con amplitud en el «Documento de Aparecida», lo cual manifiesta la importancia que el mismo episcopado da a la familia en la pastoral, en concreto para cultivar la perspectiva de discípulos y misioneros de Cristo Jesús, a fin de que nuestros pueblos en Él tengan vida.

En dicho Documento se dice, como se ha expresado en variadas circunstancias, que «una parte importante de la población está afectada por difíciles condiciones de vida que amenazan directamente la institución familiar» (n. 432).

Efectivamente, la realidad que vive América Latina y que se menciona en el Documento, de los números 33 a 100 –por ejemplo los cambios vertiginosos, el relativismo, la crisis de sentido, la globalización con sus diferentes matices, la ideología de género, la informática, los avances en la ciencia y la tecnología, todo lo referente a la ecología, la informática, el pluralismo religioso, por mencionar en este momento algunos de ellos- son rasgos que afectan de diversas maneras a la familia.

En este sentido, tiene especial significado lo que el Papa puntualiza sobre la familia en su discurso inaugural y que se cita en los números 114, 302 y 432: «La familia, ´patrimonio de la humanidad´, constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente... La familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación de los hijos.»

El Papa nos menciona la realidad de la familia en los pueblos latinoamericanos y caribeños, como «uno de los tesoros más importantes». Esto lo podemos constatar en los comentarios que hace buen número de Obispos norteamericanos, en el sentido de que con frecuencia las familias hispanas han renovado la vida de muchas parroquias.

Pero no se trata de echar sin más las campanas a vuelo, puesto que también hay muchos retos por afrontar en relación a la familia. Nos viene a la mente lo que el Papa Juan Pablo II decía: «Familia, sé lo que eres». O sea, familia, vive plenamente tu misión.

Por eso, con el Documento de Aparecida queremos reconocer a la familia como una «buena nueva», parte fundamental del Evangelio de Cristo Jesús, Quien es la Buena Nueva por excelencia del amor que Dios Padre nos tiene.

«Agradecemos a Cristo que nos revela que ´Dios es amor y vive en sí mismo un misterio personal de amor´ (FC 11) y optando por vivir en familia en medio de nosotros, la eleva a la dignidad de ´Iglesia Doméstica´» (n. 115).

Dios ama nuestras familias, no obstante tantos conflictos y divisiones en nuestra historia familiar. La oración en familia nos ayuda a superar muchos problemas, a sanar las heridas que nos hemos provocado y abre caminos de esperanza. Por otro lado, muchos vacíos de hogar pueden ser atenuados por servicios que ofrece la comunidad eclesial, que es familia de familias (cf. n. 119).

«En el seno de una familia la persona descubre los motivos y el camino para pertenecer a la familia de Dios» (n. 118). Los sacramentos que se reciben y provocan fiesta familiar, son ocasión privilegiada para la formación en familia como discípulos misioneros de Cristo Jesús. Pero nos falta mucho por hacer para que la familia sea «primera escuela de la fe» (cf. nn. 302 y 303). Esto lo podemos ir logrando con pequeños y constantes pasos: por ejemplo ir enseñando a los pequeños las primeras oraciones; al ir a la iglesia, hablarles del significado de los ritos y de las imágenes; especialmente que en familia se participe en la Eucaristía dominical, también en familia orar antes de los alimentos y rezar el Rosario, para contemplar junto con la Virgen María el misterio de Cristo Jesús. Recuerde usted que la familia que reza unida, permanece unida.

El mismo Documento de Aparecida nos dice que «debe asumirse la preocupación por la familia como uno de los ejes transversales de toda la acción evangelizadora de la Iglesia. [Por lo mismo] en toda diócesis se requiere una pastoral familiar intensa y vigorosa para proclamar el evangelio de la familia, promover la cultura de la vida y trabajar para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados.» (n. 435).

Invito a usted a que el día de hoy cultivemos con acciones concretas la convocación del Papa Benedicto XVI, para que la familia sea «escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente». Este es nuestro gozo, ésta es nuestra responsabilidad.

+ Rodrigo Aguilar Martínez
Obispo de Tehuacán