Monday, April 03, 2006

COHERENCIA


COHERECIA
Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?»
Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» (Mc 10,38-39)
Qué difícil es esto de ser coherente.
A veces me pregunto si sirve para algo.
Tiendo a vivir con distintos horizontes, distintas lógicas… a veces me siento bienaventurado, y otras me sé un necio.
A ratos creo en ti hasta la entraña profunda, y en otros ni te recuerdo.
Hay ocasiones en que mis acciones hablan de ti, y otras en que te niegan.
¿Cómo, Señor, vivir con tu lógica extraña?
¿Cómo atreverse a afirmarte siempre, en la vida, en tantas ocasiones?
¿Cómo hacerte parte de mis opciones, mi trabajo, mis relaciones, mi ocio, mis deseos y mis proyectos?
¿Hay dimensiones de mi vida en las que Dios está ausente? (o en las que no podría entrar)
¿Alguna vez el evangelio me pone en encrucijadas difíciles?
Y entonces, ¿callo, huyo o subo hacia mi Jerusalén?
Con tu libertad, mi Libertad

Encarcelarán mis días,
pero no mis noches para soñar.
Oscurecerán mis ojos,
pero no mi interior claridad.
Censurarán mis palabras,
pero no los ecos de mi pensar.
Exiliarán mis ideas,
pero no mi pasión de verdad.
Amurallarán mis horizontes,
pero no mi mirada de azul celestial.
Tabicarán mis labios,
pero no mi placer de besar.
Helarán mis labios,
pero no mis latidos para amar.
Cercenarán mis sonrisas,
pero no mi raíz de felicidad.
Silenciarán mi religión,
pero no de mi Dios el palpitar.
Matarán mi cuerpo,
pero no mi alma inmortal.
Como el arroyo quiere ser río,
como el río llega a la mar,
como el mar hacerse cielo.
Así tú, mi Dios, ampararás
siempre, siempre, siempre,
con tu libertad, mi libertad.
Mateo Bautista

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