Monday, April 03, 2006

VALOR


VALOR
Faltaban dos días para la Pascua y los Azimos.
Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle (Mc 14,1)
Supongo que mi error está en creer que a ti no te costaba.
En pensar que como tú lo tenías todo claro, para ti lo de subir a Jerusalén era como un paseo, y que la fuerza del Dios Abbá en tu interior te lo hacía todo fácil.
Y olvido que los evangelios me cuentan, una y otra vez, tus luchas, tus miedos, tus noches oscuras, tus momentos de incertidumbre…
Al final lo que hace falta es valentía para avanzar, coraje para dar los pasos que uno cree necesarios, serenidad para arriesgar cuando merece la pena.
Hace falta empuje para dejar atrás las seguridades (si esas seguridades me encadenan), y lucidez para proclamar, con mi vida, mis opciones, mis palabras y mis hechos, tu evangelio.
¿Qué me da miedo a mi en el seguimiento de Jesús?
Le pido fuerza para mis propias subidas a Jerusalén…
En tiempos difíciles.

A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que no contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción de una trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeronque eso era estrictamente necesario.
Le explicaron despuésque toda esa donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaronque, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
ésta es, sin duda, la prueba decisiva.

HERBERTO PADILLA.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home